jueves, 16 de diciembre de 2010

MÃE É FODA - Luís Fernando Veríssimo.

Mãe é foda- Luís Fernando Veríssimo.

Mãe: Alô?
Filha: Mãe? Posso deixar os meninos contigo hoje à noite?
Mãe: Vai sair?
Filha: Vou.
Mãe: Com quem?
Filha: Com um amigo.
Mãe: Não entendo porque você se separou do teu marido, um homem tão bom...
Filha: Mãe! Eu não me separei dele! ELE que se separou de mim!
Mãe: É... você me perde o marido e agora fica saindo por aí com qualquer um...
Filha: Eu não saio por aí com qualquer um. Posso deixar os meninos?
Mãe: Eu nunca deixei vocês com a minha mãe, para sair com um homem que não fosse teu pai!
Filha : Eu sei, mãe. Tem muita coisa que você fez que eu não faço!
Mãe: O que você tá querendo dizer?
Filha: Nada! Só quero saber se posso deixar os meninos.
Mãe: Vai passar a noite com o outro? E se teu marido ficar sabendo?
Filha: Meu EX-marido!! Não acho que vai ligar muito, não deve ter dormido
uma noite sozinho desde a separação!
Mãe: Então você vai dormir com o vagabundo!
Filha: Não é um vagabundo!!!
Mãe: Um homem que fica saindo com uma divorciada com filhos só pode ser um vagabundo, um aproveitador!
Filha: Não vou discutir, mãe. Deixo os meninos ou não?
Mãe: Coitados... com uma mãe assim...
Filha: Assim como?
Mãe: Irresponsável! Inconseqüente! Por isso teu marido te deixou!
Filha: CHEGA!!!
Mãe: Ainda por cima grita comigo! Aposto que com o vagabundo que tá saindo contigo você não grita.
Filha: Agora tá preocupada com o vagabundo?
Mãe: Eu não disse que era vagabundo!? Percebi de cara!
Filha: Tchau!!
Mãe: Espera, não desliga! A que horas vai trazer os meninos?
Filha: Não vou. Não vou levar os meninos, também agora não vou mais sair!
Mãe: Não vai sair? Vai ficar em casa? E você acha o que, que o príncipe encantado vai bater na tua porta? Uma mulher na tua idade, com dois filhos, pensa que é fácil encontrar marido? Se deixar passar mais dois anos, aí sim que vai ficar sozinha a vida toda! Depois não vai dizer que não avisei! Eu acho um absurdo, na tua idade você ainda precisar que EU te empurre para sair!

TÚ TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO

HAY MUCHO QUE APRENDER DE ESTA ENTREVISTA.... CUANDO TENGAS TIEMPO...
 
"TÚ TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO"
entrevista realizada por VÍCTOR-M AMELA a: MOUSSA AG ASSARID,

No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles !
 
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg.. Soy musulmán, sin fanatismo...
- ¡Qué turbante tan hermoso...!
- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.
- Es de un azul bellísimo...
- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...
- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?
- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.
- ¿Por qué?
- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.
- ¿Quiénes son los Tuareg?
- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.
- ¿Cuántos son?
- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.
- ¿A qué se dedican?
- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...
- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?
- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.
- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?
- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!
- ¿Sí? No parece muy estimulante. ...
- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.
- Saber eso es valioso, sin duda...
- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!
- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno yá es!
- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?
- Ví correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...
- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...
- Sí, era eso. También ví carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, ví el primer grifo de mi vida: ví correr el agua... y sentí ganas de llorar.
- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?
- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...
- ¿Tanto como eso?
- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.
- ¿Qué pasó con su familia?
- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...
- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?
- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...
- Y lo logró.
- Sí. Y así fué como logré una beca para estudiar en Francia.
- ¡Un tuareg en la Universidad. ..!
- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña.. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.
- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?
- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!
- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...
- Fascinante, desde luego...
- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...
- Qué paz...
- Aquí tenéis reloj, allá tenemos tiempo.